La Nochebuena se adelantó en el Hogar de Cristo

Los voluntarios prepararon una fiesta con torta, canto y baile para las personas más necesitadas.
Como en todas las casas, en el Hogar de Cristo de Cáritas, también se festeja la Navidad, pero de manera anticipada. Anoche la música y el baile hicieron olvidar sus desventuras a unas 60 personas que cada día trajinan las calles vendiendo baratijas o limpiando autos. Por las noches encuentran en Congreso 1149 un lugar digno para dormir, una cama con sábanas limpias, ducha, y alimento para dormir con el estómago lleno. Antes de las 8, desayunan y vuelven a la calle. Pero anoche fue diferente. Los voluntarios del Hogar habían preparado una fiesta, con torta, canto y baile que le pusieron una cuota de esperanza a los que por una razón u otra no pueden festejar con sus propias familias.

Diego Armando Álvarez, un joven andalgaleño (de Catamarca), 24 años, que vive hace dos años en Tucumán, sorprendió a demás con una “zamba para olvidar” que hasta a él le llenó los ojos de lágrimas. José Benedicto, de 23 años, se sumó a una cumbia, que todos aprovecharon para sacudir el esqueleto. El padre Fabián Nieva, asesor de Cáritas, aunque muerto de cansancio, ya a la medianoche, seguía alentando a todos a divertirse, sin separarse del micrófono.

Pero detrás de cada sonrisa hay un drama, una vida que no logra resolverse, una desgracia estructural que viene corrompiendo desde generaciones anteriores. Es el caso de José, que está con su pareja, DanielaTamara Cazuza, de 21 años, y su bebé Maia Catalina, de siete meses, prácticamente en la calle. “Alquilabamos una pieza, pero ahora ya no nos quieren alquilar más. Yo trabajo de albañil por las mañanas y la Tamara se va a la casa del padre, que vive en el asentamiento Francisco I. Por las noches nos venimos a dormir los dos aquí, pero solamente de lunes a viernes, porque los fines de semana cierran el hogar, entonces vamos a un hotelito del Bajo, por la Charcas, que es el único que nos admiten con la chiquita”, cuenta José.

Esta noche, José y Tamara están invitados a la fiesta de la Fazenda. “Yo estuve internado tres meses en la Fazenda de Dean Funes, Córdoba, y también en Las Moritas y en el Obarrio. Ya estoy mejor. No te voy a ocultar que tengo mis recaidas, pero gracias a mi hija y a mi mujer que me dan muchas esperanzas quiero salir para siempre”, dice sonriente.

Alicia Luna se divierte de a ratos. Su hijo Nacho, de cuatro años, duerme en una habitación. Alicia viene de una historia de maltrato en su vida familiar. Su madre le pegaba mucho y luego marido. El último. Porque el primero, que le dio dos hijos, Andrés de 17 y Silvina de 15, los abandonó, nunca se hizo cargo. “Ahora los chicos están por ahí, a la buena de Dios, y encima consumen”, dice sin poder contener el llanto. El segundo falleció de un cáncer fulminante. Tuvo con él a Mariana, de 10 años, que está viviendo en la casa de una compañera de la escuela, “aislada de todo esto que me está pasando”, explica. “Ella es buena alumna, no quiero que se mezcle con esta historia”, reconoce. Y por último el papá de Nacho, que le pega, a ella y al chiquito.

“Mi única familia es mi papá, que está casi ciego, no tengo a nadie más en el mundo”, se desagota en un mar de lágrimas. Nacho no se despierta, tiene la cara roja de haber estado todo el día jugando. Por las mañanas Alicia se las rebusca vendiendo en las ferias la ropa que le dona Cáritas y almuerza en el comedor Don Bosco, por las noches duerme y come en el hogar.

Ricardo Said mira melancólico todo el derroche de canciones tristes y melancólicas algunas, otras divertidas, de los que se animan a tomar el micrófono. Don Ricardo es santiagueño, de Quimilí, y en Tucumán hizo hasta 4° año de Agrimensura en Universidad y se recibió de técnico topógrafo. Con eso trabajo varios años, formó una familia, hasta que cayó en desgracia. Una trajo a la otra, hasta perder el trabajo y la familia. “Durante el día vendo juguetes en la puerta del hospital de Niños y busco otro trabajo, apenas cobro $ 40 por día”, dice con la cabeza gacha.

Pero Niki Maldonado – a la que ya todos le llaman mamá porque es la responsable del Hogar de Cristo junto con su esposo Silvio Jiménez- tiene más fe que todos los albergados juntos. “Aquí la gente se recupera y sigue su camino, gracias a Dios”, confía. “La cuestión es levantar el autoestima. De todos los que duermen aquí, que son unos 30 – cinco son mujeres – ya seis han encontrado trabajo y se han ido. Un chico se fue a trabajar en una finca, otro, que era chef y que a raíz del alcohol lo había abandonado la familia, ahora consiguió entrar en una parrillada. Todo se soluciona con la confianza en Dios”, remarca la siempre sonriente Niki.

Vos también podeés ayudar

Muchas de las personas en situación de calle que viven en el hogar irán esta noche a gran fiesta que organiza en la plaza Independencia el grupo de jóvenes “Un mundo diferente”. Si vas a tu fiesta, pasá por ahí, y dejá lo que puedas. Bebidas (no alcohólicas), cosas dulces (tortas, pan dulce), comida que no necesite de cubiertos (sándwiches, snacks, empanadas, pizzas, kipes, etcétera), tablones (que serán devueltos), horno pizzero, freezer, y todo lo que pueda servir para la mesa como vasos descartables y bandejitas. También, podés traer regalos porque todos tendrán el suyo, y si podés, dinero para solventar los gastos de la organización.

Algunos teléfonos de contacto: Silvina, 3816540679, Daiana, 381 6527441 y Francisco, 3816098359.

Y por último: no se suspende por lluvia. Si descompone el tiempo, la fiesta se trasladará al salón de la iglesia Catedral.

http://www.lagaceta.com.ar/nota/712787/sociedad/nochebuena-se-adelanto-hogar-cristo.html